All Sermons
Bible Passage Hch 2, 44-45 // Hch 4, 34-35
This content is part of a series Camino en la Sucesión, in topics Audios, Videos & .

Episodio 25. Anexo: La economía de la Iglesia primitiva y el legado de San Urbano I

  • Segundo Álvarez
Date preached September 22, 2025
  1. Fundamentos bíblicos

Desde el inicio, la Iglesia vivió la comunión de bienes como expresión de la fraternidad en Cristo:

  • “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y bienes, y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno” (Hch 2,44-45).
  • “No había entre ellos ningún necesitado, porque los que poseían campos o casas los vendían, y llevaban el importe de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles” (Hch 4,34-35).

Este espíritu de compartir libremente no se basaba en una obligación legal (como el diezmo mosaico), sino en la caridad voluntaria movida por el Espíritu Santo.

  1. Formas de recaudación en el siglo II y III

En tiempos de San Urbano I:

  • Los fieles ofrecían dones voluntarios en las celebraciones eucarísticas (vino, pan, aceite, bienes materiales, dinero).
  • Las colectas eran frecuentes, especialmente en domingos y fiestas.
  • El clero administraba estos bienes bajo la supervisión directa del Obispo de Roma.

No se trataba de un sistema impositivo, sino de una economía de gratitud y solidaridad.

  1. Destino de los bienes

Los bienes recogidos se distribuían de acuerdo con prioridades bien establecidas:

  1. Sostenimiento del clero, que vivía en gran parte de estas ofrendas.
  2. Ayuda a las viudas y huérfanos, considerados los más vulnerables.
  3. Atención a enfermos y pobres de la comunidad.
  4. Rescate de esclavos cristianos y asistencia a los presos por causa de la fe.
  5. Mantenimiento de lugares de culto y catacumbas.

De hecho, se dice que San Urbano fortaleció esta organización para evitar abusos y asegurar que el reparto fuera justo y ordenado.

  1. El papel del Papa como administrador

San Urbano I consolidó la figura del Papa no solo como líder espiritual, sino también como administrador de la caridad institucional.

  • Esta función reforzaba la unidad: todos sabían que el Obispo de Roma actuaba como garante de la justicia y de la equidad.
  • Esto también servía como testimonio apologético frente a paganos, que veían en los cristianos un modelo alternativo de vida social y económica.

👉 La Iglesia se convertía así en un cuerpo vivo, donde lo espiritual y lo material se integraban en el amor fraterno.

  1. Significado apologético
  1. La caridad como signo visible de la fe: la comunión económica era la expresión concreta de la comunión sacramental.
  2. La Eucaristía y la colecta unidas: los dones para el altar y los dones para los pobres eran parte de un mismo acto litúrgico.
  3. El Papa como garante de justicia: el Obispo de Roma se convirtió en el punto de referencia no solo de la doctrina, sino también de la caridad organizada.
  1. Conclusión

San Urbano I, en tiempos de paz relativa, consolidó una economía cristiana basada en la gratuidad y la solidaridad, que no solo sostenía a la comunidad, sino que también fortalecía el testimonio público de la Iglesia.
Su legado fue demostrar que la fe no se encierra en lo privado, sino que transforma la sociedad desde la caridad concreta.

 

Comparativa: Economía de la Iglesia primitiva y actual

Aspecto Iglesia primitiva (siglos II-III) Iglesia Católica actual
Origen de los bienes Ofrendas voluntarias de los fieles (pan, vino, aceite, dinero, bienes materiales). Colectas dominicales, donativos particulares, aportes de asociaciones y fundaciones, en algunos países contribución estatal.
Carácter de la ofrenda Espontáneo y libre, inspirado en Hch 2 y 4 (“tenían todo en común”). No existía obligación formal de diezmo. Libre en la mayoría de países; en algunos lugares existe impuesto religioso o concordato. Se promueve la conciencia de corresponsabilidad económica.
Administración Supervisión directa del Obispo de Roma y sus diáconos. Distribución sencilla y comunitaria. Administración estructurada: diócesis, parroquias, conferencias episcopales. Transparencia y auditorías en muchos países.
Destinatarios principales – Sostenimiento del clero.
– Viudas y huérfanos.
– Enfermos y pobres.
– Rescate de esclavos y ayuda a presos.
– Mantenimiento de catacumbas.
– Sostenimiento del clero y vida parroquial.
– Cáritas y obras sociales (comedores, albergues, hospitales).
– Formación de seminaristas y pastoral.
– Mantenimiento de templos y obras misioneras.
Relación con la liturgia La colecta era parte del ofertorio: los dones se ofrecían en la misa y luego se distribuían. La colecta sigue formando parte de la misa, uniendo altar y caridad.
Papel del Papa / Obispo Obispo de Roma como garante de justicia y administrador de la caridad común. El Papa y los obispos diocesanos administran bienes a nivel global y local, coordinando instituciones caritativas (Cáritas Internacional, Obras Misionales Pontificias).
Testimonio apologético La caridad era un signo distintivo frente al paganismo: “Mirad cómo se aman”. La caridad sigue siendo el rostro público de la Iglesia: hospitales, escuelas, ayuda humanitaria, defensa de la dignidad humana.

📌 Conclusión:
La Iglesia, desde sus orígenes hasta hoy, ha entendido que la economía no es un fin en sí mismo, sino un instrumento al servicio de la comunión y de la caridad. Lo que comenzó con las ofrendas de pan, vino y bienes para los pobres en tiempos de Urbano I, hoy se prolonga en Cáritas, hospitales, comedores, parroquias y misiones en todo el mundo.

 

 

In series Camino en la Sucesión