- Introducción
Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, un proyecto de CIVIC-ODM.
Hoy nos detenemos en el pontificado del Papa 32: San Eusebio (309 o 310 d.C.), sucesor inmediato de San Marcelo I.
- Contexto histórico
San Eusebio fue elegido papa en el año 309 o 310, en los últimos años del reinado de Majencio. La Iglesia aún sufría las secuelas de la Gran Persecución de Diocleciano, y Roma estaba marcada por la controversia de los lapsi, iniciada en el pontificado de Marcelo I.
El desafío era enorme: ¿debía la Iglesia admitir de nuevo, sin condiciones, a quienes habían apostatado durante la persecución? ¿O debía cerrárseles para siempre la puerta de la comunión?
- Sucesión apostólica
San Eusebio es el 32º sucesor de San Pedro. Su breve pontificado subraya la continuidad de la fe y la disciplina de la Iglesia en Roma, incluso en medio de disputas internas y presiones externas.
- Legado y contribuciones
- Equilibrio en la disciplina penitencial
- Frente a los laxistas (que pedían readmitir a todos sin penitencia) y los rigoristas (que negaban toda posibilidad de perdón), Eusebio defendió la enseñanza tradicional:
- Los lapsi podían ser reconciliados, pero solo después de un proceso de penitencia.
- Esta posición equilibrada siguió la línea de San Marcelo I, pero con mayor moderación pastoral.
- Conflictos internos
- Su firme postura disciplinar provocó disturbios en Roma, especialmente entre los sectores más extremistas.
- El emperador Majencio, viendo las tensiones, decidió desterrar a Eusebio a Sicilia, donde murió en el exilio poco después, en el 310.
- Memoria martirial
- Aunque no murió por ejecución directa, fue venerado como confesor de la fe, pues padeció destierro y sufrimientos por sostener la disciplina de la Iglesia.
- Su tumba en las catacumbas de San Calixto lleva la inscripción: “Eusebius, martyr.”
- Dimensión apologética y pedagógica
- San Eusebio representa la sabiduría del equilibrio en la Iglesia: misericordia sin laxismo, disciplina sin rigorismo.
- Su testimonio confirma que la autoridad del Papa no consiste en agradar a todos, sino en custodiar la verdad recibida de los apóstoles.
- La referencia a su tumba en las catacumbas muestra que la Iglesia romana veneraba a sus papas como testigos de la fe, incluso en exilio o persecución.