Camino en la Sucesión – San Pío I, guardián de la fe y del Canon
Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, una producción de CIVIC-ODM, donde exploramos la continuidad histórica y espiritual de la Iglesia a través de sus Papas, sucesores de San Pedro. Hoy nos situamos en la primera mitad del siglo II, en tiempos de San Pío I, el décimo Papa de la Iglesia, cuyo pontificado transcurrió aproximadamente entre los años 140 y 154.
Es una época marcada por grandes desafíos: el crecimiento de la Iglesia en todo el Imperio, la persecución latente, y sobre todo, la amenaza de doctrinas erróneas que intentaban distorsionar el Evangelio. En este contexto, Pío I jugó un papel clave como defensor de la fe apostólica y promotor de la unidad doctrinal.
📌 Respuesta de Pío I: condenó las enseñanzas de Marción, reafirmando la unidad entre el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento. Cristo no es un extraño a la historia de Israel, sino su plenitud. Así defendió la unidad de la revelación.
La reacción contra Marción tuvo un efecto providencial: la Iglesia comenzó a delimitar y discernir más claramente el Canon de las Escrituras.
📖 Cita clave: San Pablo lo había advertido siglos antes: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Tim 3,16). Pío I hizo suya esta convicción, defendiendo que la Iglesia no era dueña de la Palabra, sino su servidora.
Además del marcionismo, Pío I enfrentó:
Frente a ellos, el Papa reafirmó:
El pontificado de San Pío I nos muestra que la fe cristiana no es fruto de interpretaciones privadas, sino un tesoro recibido y transmitido fielmente. Ante los intentos de reducir o manipular las Escrituras, la Iglesia, bajo la guía del sucesor de Pedro, proclamó con fuerza: toda la Escritura es revelada, y toda la revelación converge en Cristo.
Por eso, hoy la Iglesia proclama los mismos Evangelios que entonces y celebra la misma fe: una fe apostólica, católica y universal.