Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, un proyecto de CIVIC-ODM, donde recorremos la historia de los primeros Papas como custodios de la fe y de la sucesión apostólica.
Hoy nos detenemos en San Eleuterio, decimotercer Papa de la Iglesia, que gobernó entre los años 175 al 189 d.C.
- Contexto histórico
El pontificado de San Eleuterio se extiende aproximadamente del 175 al 189 d.C., durante el final del reinado de Marco Aurelio y parte del de Cómodo.
- La Iglesia sigue creciendo en número y extensión geográfica.
- Aparecen nuevas herejías que intentan alterar la fe apostólica, como el montanismo en Frigia.
- Al mismo tiempo, el cristianismo comienza a definirse más claramente frente al judaísmo y al paganismo, consolidando su identidad católica y universal.
- Defensa frente al montanismo
El montanismo, movimiento surgido en Asia Menor, promovía:
- Nuevas profecías supuestamente inspiradas por el Espíritu Santo.
- Un rigor moral extremo (ayunos excesivos, rechazo del perdón postbautismal).
- La idea de que la Iglesia necesitaba ser “restaurada” por estas revelaciones.
📌 Respuesta de Eleuterio:
- Rechazó las revelaciones privadas del montanismo, afirmando que la revelación terminó con los Apóstoles.
- Defendió la autoridad de la sucesión apostólica y del magisterio papal sobre cualquier profeta o visionario.
- Mostró que la Iglesia está guiada por el Espíritu Santo, pero dentro de la tradición apostólica y no en oposición a ella.
- Apertura universal del cristianismo
Durante su pontificado se consolidó la comprensión de la Iglesia como universal (católica):
- Se alejaba definitivamente de los ritos judíos obligatorios, reafirmando la libertad cristiana.
- El documento Liber Pontificalis atribuye a Eleuterio la decisión de abolir prohibiciones alimenticias impuestas por algunas comunidades, afirmando que los cristianos pueden comer todos los alimentos creados por Dios (cf. 1 Tim 4,3-5).
- Esto fue clave para mostrar que el cristianismo no es una secta judía, sino la plenitud de la revelación para todos los pueblos.
- Magisterio y disciplina eclesial
San Eleuterio reforzó el papel del Obispo de Roma como:
- Juez doctrinal: frente a herejías como el montanismo y el gnosticismo.
- Padre universal: consolidando la autoridad papal como referente de todas las comunidades.
- Guardián de la libertad cristiana: subrayando que la verdadera fe no se mide por prácticas externas, sino por la comunión con Cristo en la Iglesia.
- Legado de San Eleuterio
- Condena del montanismo y de toda pretensión de nuevas revelaciones.
- Defensa de la tradición apostólica como criterio de verdad.
- Consolidación de la identidad católica: la fe es para todos, más allá de leyes judías o costumbres paganas.
- Afirmación de la libertad cristiana frente a rigorismos.
- Conclusión apologética
El pontificado de San Eleuterio marca un paso decisivo: la Iglesia se reconoce como católica y universal, no prisionera de legalismos, sino guiada por el Espíritu Santo en la tradición apostólica.
Frente a profetas falsos y doctrinas severas que negaban la misericordia, Eleuterio reafirmó que la verdad está en la sucesión de Pedro y en la unidad visible de la Iglesia.
📑 Anexo – El Montanismo y la respuesta de la Iglesia
- Origen y contexto
- El montanismo surge en Frigia (Asia Menor) hacia el año 156 d.C.
- Fundador: Montano, acompañado por dos mujeres profetisas, Prisca y Maximila.
- Se presentaba como un “nuevo movimiento espiritual” dentro del cristianismo, con un fuerte tono apocalíptico y rigorista.
- Doctrinas principales del montanismo
- Nuevas revelaciones: afirmaban que el Espíritu Santo seguía revelando verdades superiores a las transmitidas por los Apóstoles.
- Rigor moral extremo:
- Ayunos excesivos.
- Prohibición de segundas nupcias.
- Desprecio del perdón postbautismal: los pecados graves después del bautismo eran imperdonables.
- Eclesiología distorsionada: los montanistas creían que sus profetas tenían más autoridad que los obispos.
- Apocalipticismo: proclamaban el inminente fin del mundo y establecían “nuevas Jerusalén” en Asia Menor.
- Atracción y peligros
- Sedujo a muchos cristianos por su aparente fervor y radicalidad.
- Incluso Tertuliano, gran teólogo de Cartago, acabó adhiriéndose al montanismo en su madurez.
- El peligro radicaba en:
- Dividir a la Iglesia entre “espirituales” y “carnales”.
- Desacreditar el papel del episcopado y de la sucesión apostólica.
- Introducir un evangelio “nuevo”, distinto del recibido de Cristo.
- La respuesta de San Eleuterio y de la Iglesia
- Discernimiento apostólico: el Papa Eleuterio y otros obispos rechazaron el montanismo, no porque despreciaran la acción del Espíritu, sino porque contradecía la tradición apostólica.
- Criterio bíblico:
- Hebreos 1,1-2: “En estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo”.
- La revelación es plena en Cristo, y no necesita añadidos posteriores.
- Criterio eclesial: el Espíritu Santo actúa en la Iglesia a través de la sucesión apostólica, no contra ella.
- Criterio pastoral: la penitencia y la misericordia son parte de la fe; excluir para siempre al pecador arrepentido niega el corazón del Evangelio.
- Legado del discernimiento contra el montanismo
- Defensa de la clausura de la revelación: con los Apóstoles se completó la revelación de Dios.
- Confirmación de la autoridad episcopal y papal frente a profetas carismáticos.
- Reafirmación de la disciplina penitencial como camino de reconciliación y misericordia.
- Claridad en la identidad católica: la verdadera Iglesia es universal, misericordiosa y apostólica, no sectaria ni elitista.
- Reflexión apologética
El montanismo muestra cómo los excesos espirituales pueden desviar la fe, incluso si nacen con aparente fervor. La Iglesia, guiada por San Eleuterio y la sucesión apostólica, supo discernir que la verdadera novedad no está en “nuevas revelaciones”, sino en la eterna novedad de Cristo.