Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, un proyecto de CIVIC-ODM, donde recorremos la historia de los primeros Papas como custodios de la fe y de la sucesión apostólica.
Hoy nos detenemos en San Ceferino, decimoquinto Papa de la Iglesia, que gobernó entre los años 199 y 217 d.C.
- Contexto histórico
El pontificado de San Ceferino se extendió entre los años 199 y 217 d.C., bajo los emperadores Septimio Severo y Caracalla.
- Fue un período de persecuciones intermitentes contra los cristianos.
- La Iglesia crecía en número y extensión, pero enfrentaba graves desafíos doctrinales.
- En Roma, epicentro de la fe, surgieron herejías que amenazaban la comprensión de la Trinidad y de la encarnación.
- Las herejías cristológicas: modalismo y adopcionismo
Durante el pontificado de Ceferino aparecieron disputas especialmente complejas:
- Modalismo o monarquianismo patripasiano (Sabelio, Noeto):
- Enseñaba que el Padre, el Hijo y el Espíritu no eran personas distintas, sino “modos” de un único Dios que se manifestaba de diversas maneras.
- En la práctica, negaba la distinción real entre Padre e Hijo.
- Adopcionismo (Teódoto):
- Afirmaba que Jesús fue un hombre común, adoptado por Dios en su bautismo, pero no Hijo eterno de Dios.
- Negaba así la divinidad eterna de Cristo.
📌 Estas doctrinas, aparentemente sofisticadas, seducían a muchos, pero desfiguraban el misterio central del cristianismo: la verdadera encarnación del Hijo eterno de Dios.
- La respuesta de San Ceferino
- Aunque carecía de formación teológica refinada, Ceferino tuvo la claridad y firmeza de reafirmar lo recibido de los Apóstoles.
- Defendió que Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre, y que el Padre, el Hijo y el Espíritu son distintos, aunque un solo Dios.
- En medio de disputas intelectuales, su criterio fue claro: guardar la tradición de la fe apostólica.
- Contó con el apoyo de su diácono San Calixto, quien más tarde sería Papa.
📖 San Ireneo había dicho antes:
“La fe que la Iglesia ha recibido de los Apóstoles y de sus discípulos es una fe única, aunque se conserve en múltiples lenguas y lugares” (Adv. Haer. I, 10, 1).
Ceferino encarnó esta defensa práctica de la fe una y la misma en todas partes.
- El poder de perdonar los pecados
San Ceferino también insistió en que la Iglesia tenía el poder, recibido de Cristo, de perdonar todo tipo de pecados.
- Frente a los rigoristas que negaban la posibilidad de reconciliación después de pecados graves (idolatría, adulterio, homicidio), el Papa sostuvo la enseñanza de la misericordia.
- Esto se basaba en las palabras de Cristo a Pedro:
“Todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mt 16,19).
- Así, Ceferino fortaleció la disciplina penitencial que permitía la reconciliación después de una penitencia pública y sincera.
- Legado de San Ceferino
- Defensa de la Trinidad frente al modalismo y al adopcionismo.
- Afirmación de la divinidad de Cristo como Hijo eterno de Dios.
- Consolidación de la disciplina penitencial: la misericordia de la Iglesia es mayor que la severidad de los rigoristas.
- Testimonio de unidad: aun sin ser un gran teólogo, custodió la fe recibida y mantuvo la comunión apostólica.
- Conclusión apologética
San Ceferino muestra que la Iglesia no se sostiene en la erudición de sus líderes, sino en la fidelidad al depósito de la fe confiado por Cristo a los Apóstoles.
En tiempos de confusión doctrinal, el Papa fue el garante de la verdad frente a herejías que negaban la Trinidad y la encarnación.
Y en la práctica pastoral, recordó que la Iglesia es madre misericordiosa, que ofrece siempre el perdón a los que se arrepienten.