- El contexto del encargo de Dámaso
En el siglo IV existían múltiples traducciones de la Biblia al latín, conocidas como Vetus Latina.
- Eran versiones parciales, hechas en distintas regiones (África, Hispania, Galia).
- Tenían muchas divergencias entre sí, lo que generaba confusión doctrinal y litúrgica.
- El Papa Dámaso I, consciente de que la unidad de la fe necesitaba una unidad textual, encomendó a San Jerónimo (un monje erudito, experto en griego y hebreo) una revisión crítica de las Escrituras.
- El método de Jerónimo
Jerónimo no se limitó a “copiar” traducciones:
- Para el Nuevo Testamento, revisó cuidadosamente las antiguas versiones latinas con el texto griego original.
- Para el Antiguo Testamento, tomó una decisión revolucionaria: no basarse en la traducción griega de los Setenta (LXX), sino en los textos hebreos originales.
- Esto le trajo polémicas, pues muchos padres de la Iglesia consideraban inspirada la Septuaginta.
- Jerónimo defendía que, si se quería fidelidad, había que volver al texto original hebreo.
El resultado fue una obra monumental, que tardó más de 20 años en completarse.
- El contenido de la Vulgata
- Incluyó los 46 libros del Antiguo Testamento y los 27 del Nuevo Testamento, es decir, el canon que la Iglesia reconocería oficialmente en los concilios de Hipona (393) y Cartago (397).
- También recogió los deuterocanónicos (Sabiduría, Tobías, Judit, Macabeos, etc.), que Marción y otros herejes habían rechazado.
- Se convirtió en el texto normativo para la liturgia y la enseñanza.
- La importancia doctrinal
- La Vulgata permitió que la Iglesia tuviera una Biblia unificada en Occidente, garantizando que la fe se transmitiera sin manipulaciones locales.
- Sirvió como base para las disputas doctrinales, contra herejías como el arrianismo, el pelagianismo o el adopcionismo.
- Su fidelidad fue tal que, en el Concilio de Trento (s. XVI), la Vulgata fue proclamada la “Biblia auténtica” para la Iglesia Católica.
- El legado espiritual y cultural
- San Jerónimo nos dejó frases célebres como: “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”.
- La Vulgata modeló el latín cristiano, influyó en la literatura y el arte, y formó a generaciones enteras de creyentes.
- Gracias a ella, el pueblo pudo escuchar una Palabra comprensible y cercana en la liturgia.