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Episodio 76: San Celestino I (422–432 d.C.)

  • Segundo Álvarez
Date preached October 2, 2025

Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, un proyecto de CIVIC-ODM en el que recorremos juntos la historia de la sucesión apostólica desde San Pedro hasta los primeros Papas, mostrando cómo la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, ha mantenido fielmente el depósito de la fe.
Hoy nos detenemos en la figura del San Celestino I (422–432 d.C.)

  1. Contexto histórico

San Celestino I guió a la Iglesia en un momento de grandes desafíos doctrinales y sociales. El Imperio Romano de Occidente atravesaba su decadencia, mientras los pueblos bárbaros avanzaban sobre sus territorios. En este clima de inestabilidad política y cultural, la Iglesia aparecía como único faro de unidad y verdad, y el Papa como garante de la sucesión apostólica.

  1. Defensa de la doctrina: el nestorianismo

El mayor desafío teológico del pontificado de Celestino fue la herejía de Nestorio, patriarca de Constantinopla, quien negaba que María pudiera ser llamada Theotokos (Madre de Dios), reduciendo a Cristo a una mera unión moral de divinidad y humanidad.

  • Celestino, en comunión con San Cirilo de Alejandría, reafirmó la fe transmitida desde los apóstoles:
    • Cristo es una sola persona divina con dos naturalezas, humana y divina.
    • María es verdadera Madre de Dios porque dio a luz a Aquel que es Dios hecho hombre.
  • Bajo su autoridad se convocó el Concilio de Éfeso (431), donde se proclamó solemnemente el dogma de María como Theotokos.

Este momento es clave en la historia del cristianismo porque muestra cómo el Papa de Roma, sucesor de Pedro, confirma la fe y custodia la doctrina frente a desviaciones.

  1. Disciplina y vida eclesial

Celestino también se preocupó por la vida interna de la Iglesia:

  • Reforzó la autoridad episcopal en Occidente, recordando que todos los obispos debían permanecer en comunión con Roma.
  • Envió misioneros a diversos pueblos, destacando a San Patricio, quien llevó el Evangelio a Irlanda, sembrando las raíces de una de las grandes tradiciones cristianas de Europa.
  • Combatió prácticas de rigor excesivo en la penitencia, recordando que la Iglesia debía reflejar la misericordia de Cristo.
  1. Legado apologético

El pontificado de San Celestino I nos deja varias enseñanzas:

  1. Unidad en torno a Roma: la voz del Papa fue decisiva en la condena del nestorianismo.
  2. Cristología sólida: reafirmó la verdad central de la fe: Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre.
  3. María, Madre de Dios: proclamación que une la mariología con la cristología.
  4. Misión universal: desde Roma se impulsó la evangelización de nuevos pueblos, mostrando que la sucesión apostólica no era estática, sino dinámica y expansiva.
  1. Perspectiva espiritual

La figura de Celestino I nos invita hoy a reconocer que la fe no es una construcción humana, sino un don transmitido por los apóstoles y custodiado en la Iglesia. Cuando el mundo se fragmenta por ideologías o intereses, la sucesión apostólica nos asegura la continuidad en la verdad de Cristo.

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