La Controversia de los Tres Capítulos (Siglo VI)
Bienvenidos a este nuevo episodio de Camino en la Sucesión, un proyecto de CIVIC-ODM en el que recorremos juntos la historia de la sucesión apostólica desde San Pedro hasta los primeros Papas, mostrando cómo la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, ha mantenido fielmente el depósito de la fe.
Hoy nos detenemos con el Anexo Histórico y Teológico: La Controversia de los Tres Capítulos.
📜 1. Contexto histórico y doctrinal
La Controversia de los Tres Capítulos constituye uno de los episodios más complejos de la teología y política eclesial del siglo VI. Surgió como consecuencia de los intentos del emperador Justinian o I (527–565) por restablecer la unidad del Imperio en torno a la fe cristiana, enfrentado a las divisiones provocadas por el monofisismo —la doctrina que afirmaba una sola naturaleza en Cristo después de la encarnación—, en oposición a las definiciones del Concilio de Calcedonia (451), que había declarado en Cristo dos naturalezas, divina y humana, unidas sin confusión ni separación.
Justinian, deseoso de reconciliar a los monofisitas con la Iglesia imperial, intentó condenar ciertos escritos y autores sospechosos de “nestorianismo” (doctrina que separaba las dos naturalezas de Cristo). Esta iniciativa, sin embargo, puso en peligro la autoridad del Concilio de Calcedonia y la credibilidad doctrinal de Roma.
📚 2. Las causas y los documentos implicados
La controversia giró en torno a tres grupos de escritos, conocidos como los “Tres Capítulos” (Tria Capita), que el emperador Justiniano ordenó condenar mediante un edicto en el año 543/544. Estos eran:
El edicto imperial de Justiniano condenaba estos tres grupos de escritos y a sus autores, buscando así ganarse a los monofisitas. Sin embargo, para muchos obispos occidentales —especialmente los de África e Iliria—, esta condena equivalía a atacar indirectamente el Concilio de Calcedonia, ya que en dicho concilio se había rehabilitado a Teodoreto e Ibas como ortodoxos.
⚖️ 3. El conflicto con el Papa Vigilio (537–555)
El Papa Vigilio fue colocado en la sede de Roma por el propio Justiniano tras la deposición de Silverio, en un contexto de fuerte control imperial sobre la Iglesia. Sin embargo, pronto se vio atrapado entre las exigencias teológicas del emperador y la fidelidad a la tradición calcedonense.
Durante este tiempo, Vigilio osciló entre la resistencia y la negociación:
🕊️ 4. El Segundo Concilio de Constantinopla (553)
Presidido por patriarcas orientales bajo el auspicio de Justiniano, este concilio confirmó:
El concilio pretendía eliminar toda ambigüedad doctrinal, pero en la práctica profundizó el cisma entre Oriente y Occidente.
Muchos obispos occidentales rechazaron el concilio por considerarlo una injerencia imperial en la fe y un ataque indirecto al concilio calcedonense. En África e Iliria, incluso, hubo rupturas temporales con Roma.
🏛️ 5. Interpretación posterior y valoración del papel de Vigilio
La figura del Papa Vigilio ha sido objeto de interpretaciones diversas:
En la tradición posterior, la Iglesia reconoció que Vigilio actuó con prudencia ante un problema de enorme complejidad, defendiendo la integridad del Concilio de Calcedonia y, al mismo tiempo, manteniendo la comunión con Oriente. Su experiencia sentó precedentes sobre:
✝️ 6. Significado teológico de la controversia
La Controversia de los Tres Capítulos mostró la madurez doctrinal y la vulnerabilidad política de la Iglesia del siglo VI. Fue un intento de armonizar justicia teológica con unidad eclesial, que acabó revelando la dificultad de separar fe y política en el mundo bizantino.
De este episodio brotó una enseñanza duradera:
“La verdad de la fe no se defiende por imposición del poder, sino por la fidelidad a la Palabra revelada y al testimonio de los santos concilios.”
Así, la Iglesia aprendió que el equilibrio entre ortodoxia y comunión exige discernimiento espiritual más que concesión política.
El Papa Vigilio, entre la espada del imperio y la cruz de la fe, encarnó el drama del pastor que debe elegir entre la obediencia temporal y la fidelidad eterna.