Bienvenidos a Camino en la Sucesión, un podcast de CIVIC-ODM.
En el episodio anterior conocimos a San Lino, el primer sucesor de Pedro. Hoy damos un paso más en este recorrido y nos encontramos con San Anacleto, también llamado Cleto, quien guió la Iglesia de Roma entre los años 76 y 88 d.C..
Ubicarnos en este tiempo es fundamental: hablamos de apenas una generación después de la muerte y resurrección de Cristo. Los apóstoles ya habían predicado el Evangelio hasta los confines del Imperio, y en Roma, la joven Iglesia seguía creciendo a pesar de persecuciones y tensiones.
“Después de Lino, Cleto recibió el episcopado de la Iglesia de Roma.” (Adversus Haereses III,3,3).
👉 Estos testimonios son importantes porque muestran que, ya en el siglo I, la Iglesia reconocía claramente una línea de sucesores desde Pedro.
A veces se dice: “En los primeros tiempos no existía un Papa”.
Sin embargo, el testimonio de Anacleto demuestra lo contrario:
La vida de San Anacleto nos recuerda que la fe no sobrevive por inercia, sino porque hombres y mujeres valientes la organizaron, la cuidaron y la transmitieron en medio de la persecución.
Hoy, gracias a esa continuidad, podemos confiar en que la Iglesia que recibimos es la misma fundada por Cristo sobre Pedro.
En este episodio hemos visto cómo San Anacleto sostuvo la Iglesia de Roma entre los años 76 y 88 d.C., organizó su clero y fortaleció la fe en tiempos difíciles.
La sucesión apostólica se mantuvo firme, confirmando que la Iglesia no se quiebra porque está sostenida por la promesa de Cristo.
En el próximo episodio nos adentraremos en la vida de San Clemente I, cuya famosa carta a los Corintios es uno de los documentos más antiguos y luminosos de la Iglesia primitiva.